
Hola, ¿qué tal?. Después de un largo parón en el blog, aquí estoy de nuevo con esta sencilla receta para poder conservar estas guindillas que he cultivado en la huerta esta temporada. He dejado que maduren en la planta hasta que se pusieron rojas y una vez recolectadas,... ¡¡a la alacena!!.
Para todos aquellos que disfruteis con el picante, seguro que os gustará para acompañar cualquier receta.
Ingredientes:
Guindillas rojas o verdes.
Agua
Vinagre
Sal y laurel
Elaboración:
Es muy sencilla. Por un lado, como ya sabéis tenemos que poner a hervir tarros con las tapas. Con 20 minutos es suficiente.
Mientras una vez lavadas y cortadas los tallos, las reservamos para escaldarlas en agua que esté hirviendo tan fuerte, que al echarlas no se detenga la ebullición, y dejamos escaldar las guindillas un minuto.
Mientras en otra olla, hemos puesto a hervir durante 10 min. una mezcla de vinagre( 60%) y agua ( 40%), con un par de hojas de laurel.
Cuando tenemos todo listo, lo embotamos que queden bien apretaditas, echamos en cada tarro un poco de sal, y rellenamos con la mezcla de agua y vinagre, con cuidado ya que quema. Tienen que quedar bien bañadas. Se cierran y, aunque no es necesario en este caso, yo acostumbro, como siempre, a ponerlo boca abajo hasta que se enfríen.
Comprobamos que se ha hecho el vacío, se etiquetan y ...
...a la despensa.
Y recordad que las conservas en vinagre, en adobo, los chutneys... todas aquellas en que intervienen el vinagre como ingrediente principal de conservación, es conveniente dejar que maceren por lo menos un mes antes de consumirlo.
¡ Que lo disfrutéis!!